martes, 31 de marzo de 2009

El Lenguaje Sutil


Laureano Quesada, un amigo. "Maternidad", óleo.




Dicen...

Dicen que en el olvido
las distancias aumentan.
Recuerda los instantes
y se volverán eternos.




Espero el beso...

Espero el beso, la caricia
la sorpresa.
Espero con ansiedad
el regreso.
Desespero.




Maldita vida...

Maldita vida
que he tenido que morir
para vivir siquiera.


Francisco Vila
(Poemas de "El Lenguaje Sutil", A Coruña 2006)

lunes, 30 de marzo de 2009

Mi Mar (A la Ría de Ferrol, en tierra celta)


Se oyen voces a lo lejos:
¡Nueve brazas…! ¡Los bajíos!
¡Acantilado a estribor!
¡Con cuidado, la entrada se estrecha!

Cuentan las leyendas
de historias y de sueños
que el mar se partía en dos
al tensado de cadenas.

Mar de “adentro”, mar de “afuera”
mar tranquilo, mar salvaje
mar a fin de cuentas.

Cuentan las leyendas
que en las noches de luna
y de estrellas
al partirse el mar en dos
se cubría de diamantes “la estrecha”.

Y son recuerdos, que no leyendas
que al final del cálido estío
ardían las aguas sobre la arena
con fuego verde de llama espesa.

Y al arribo del galeón
con la tripulación de vuelta.
Al arribo del pesquero
que la lonja ansiosa espera
la mar se calmaba
las olas serenas
las aguas tranquilas
que embravecidas eran
descansaban entonces
bañando los muelles
de la ría entera.

Mar de “adentro”, mar de “afuera”
mar tranquilo, mar salvaje
mar a fin de cuentas.

Un castillo, dos castillos
son cerberos de presa
que guardan la entrada y la velan
con cadenas de hierro y piedra.
Es al mar, a ese mar
al que guardan.
A esa ría y a los puertos
a quienes velan.

Mar de los Sargazos
en tiempos de tormenta
mar de mis recuerdos
donde navegaron mis juergas.

Mar de puertos pequeños
de mil barcas, de cien veleros
mar de mi vida, de mis amigos
mar interior del mar abierto.

Y desde lo alto vigilante
como un faro entre tinieblas
una ermita lo ilumina
y cien mil almas lo desvelan
a esa mar
a mi mar
al mar
donde el Atlántico se estrecha.

Mar de “adentro”, mar de “afuera”.
Mar a fin de cuentas.

Francisco Vila ("Mi Mar", A Coruña, enero 2009)

jueves, 26 de marzo de 2009

... y mil y una sonrisas



Cierta vez, alguien me preguntó que por qué yo no pintaba siendo de Ferrol, cuna de muchos y grandes pintores. Yo le contesté que en dibujo hice mis pinitos, cuando era joven, pero que me decanté por las letras, también cuando era joven. Y me dí cuenta que me expresaba mejor escribiendo, que se me entendía mejor, que me sentían más y mejor. Por esa razón aquí sigo, seguiré estando y hasta que el cuerpo aguante. Por cierto el de la foto soy yo en un concurso de pintura, Plaza de Armas de Ferrol, año aproximado 64/65. Pobre iluso, lógicamente no gané pero sí estuve muy bien acompañado. Alguien se acordará de aquel momento, si es así, un beso de mi parte.



Quince años, mi vida en un balcón
en mi esquina me olvido y te quiero.

El balcón, tantos días
tantas horas y allí, tras los siglos
el silencio, el secreto, la sonrisa
las notas a escondidas.

Desde el balcón aquellos días
tu mirada en la mía
enfrente una calle, una esquina
en la esquina, huidiza, mi mirada
hacia ti y contigo.

Hoy al abrigo de los siglos y los días
tu recuerdo me recuerda
unos rostros, tus amigas, mis amigos
los domingos al cine, el cuartel
el tren, su silbido, mi ilusión
tu sonrisa, mi primera sonrisa.

En mis ojos hoy se acumulan
tu mirada, tu recuerdo
y mil y una sonrisas.

Dedicado a Sarô Müngaz Mêderbuz (Lefor, Egipto 1.865)
Francisco Vila. "Quince años", poema.
("Las cárceles del viento", libro de poemas. A Coruña 2004)

Le dijo la brisa al viento


Le dijo la brisa al viento

Tengo miedo de no ver la noche
de no saber cuando a ti me acerco
de no saber cómo es tu rostro
de no saber si debo permanecer lejos.

Tengo miedo de esas nubes que me traes
desde tan lejos
de esas olas que acompañas en silencio
de esos campos que azotas en silencio.

Tengo miedo de las aves en el cielo
que cabalgan sobre ti al acecho
de esos truenos que son la voz de tu luz
en el silencio.

Tengo miedo de tus dedos retorcidos
que atraviesan los bosques destrozando las ramas
en invierno
de esos cantos ululantes que arrancas de los árboles
al cielo.

Tengo miedo, le dijo la brisa al viento
de no saber si me ahogarás con tus dedos
de no saber si me llevarás lejos
de no saber si alguna vez podré besar el cielo.

Tengo miedo viento
tengo miedo
pero aún así, te necesito, te deseo y te quiero.

Francisco Vila. "Tengo miedo"
("Ebernach, las memorias de un druida errante", poemas. A Coruña 2002)

miércoles, 25 de marzo de 2009

Los sueños rotos



























La noche ha caído sobre la vida

las luces del destino han agotado su aceite eterno
el aliento cálido de la garganta fresca ha expirado su último suspiro
el valor del corazón guerrero se ha convertido en recuerdo.

Y aquellas manos...
aquellas manos recias y fuertes que sostuvieron las armas en la lucha
yacen inertes, quietas, frías y duras como piedras
agarrotadas, hundidas, aferradas a la tierra.

Y allá a lo lejos los últimos sonidos de los cascos de los caballos
de los vencidos que se alejan
y aquí el silencio, el frío y el miedo de las almas que se quedan.

Y aquí los cuervos, las alimañas, los gusanos y la tierra
y la sangre que la cubre, que la tiñe y que la abona.

Y un silencio inmenso que grita y clama: ¡Victoria!... ¡Deshonra!

Y a lo lejos el triunfo, las miserias, los honores y la gloria
el sol, las nubes, el mar y las olas.

Y un viento frío, desnudo, ululante, fugaz y traidor
y una luz sin día y sin noche
cubren los campos de recuerdos feroces, valientes y violentos.

Recuerdos que quisieron ser futuros.
Recuerdos que quisieron ser el mundo, el poder, la fuerza, la ilusión.
Recuerdos que se apagaron como luces de lámparas sin aceite.
Recuerdos que vivieron efímeros recuerdos de vidas que se fueron.

Y aquí se quedan la noche, la lluvia, el fango y una soledad que ahoga,
y miles de cuerpos que ya no ríen, ni lloran,
que sólo miran con sus ojos fríos
estos extensos campos verdes, serenos,
donde al fin duermen, miles de sueños rotos su sueño.

Francisco Vila. "Los campos de la vida y de la muerte"
("Ebernach, las memorias de un druida errante", A Coruña 2002)

lunes, 23 de marzo de 2009

Y parece que fue ayer






















El otro día buscando unos papeles, que al final no encontré, descubrí , mejor dicho recuperé parte de mi pasado más reciente. Y digo más reciente porque sólo han pasado, más o menos, veinte años. Qué son esos años comparados con la inmensidad del océano, decía alguien que no quería bañarse. Pues la verdad es que son los suficientes para darte cuenta de que la vida hay que vivirla intensa y diariamente. De la mejor forma posible sin irrumpir como un elefante en una cacharrería en las vidas ajenas, que ahora se lleva mucho, y pareciéndonos mal que a alguien se le ocurra preguntarte simplemente -¿Qué, cómo te va la vida?- pregunta el amigo que te encuentras por la calle después de algún tiempo sin veros-.
-¡Y a este qué c... le importa!- es lo primero que piensas al oír su voz-.

Estos de la foto son amigos y compañeros, a los que, aunque haya pasado mucho tiempo sin que nos hayamos visto, nunca les contestaría ni pensaría como ya he dicho antes. Todo lo contrario me alegraría mucho de verlos.

Ahí están Cesar Cambeiro y Roberto Gómez, dos buenos actores de cine y televisión. Y Rus Gonzalez -Moro, Teresa Taboada, Mar de Santiago, Luisa Fernández Miranda y Agustín Hervella y Carlos Carretero.Y los que ya no están entre nosotros, Mª Xosé Fernández y Xosé Rey. Y mi buen amigo, a la par que compañero, Ernesto Regueiro con su barba y melena de aquellos tiempos revolucionarios, teatralmente me refiero, y el que esto escribe a su lado, con el pelo bastante más oscuro que ahora. Y por último decir que sigo considerando a Rosalía de Castro como la poetisa gallega por excelencia, pero hay otra que para mí es una prolongación de ella aparte de amiga y gran persona, y en aquellos tiempos compañera en la farándula, Eva Veiga.
Todos formábamos parte de la compañía de teatro de O Facho en A Coruña, dirigidos por otro gran compañero y amigo, Antón de Santiago. Con él hemos seguido haciendo teatro formando parte de su Compañía de Apropósitos Nito; con lecturas dramatizadas del Tenorio en su compañía Cara de Plata e intentando desafinar lo menos posible en obras de Zarzuela con la Compañía Ofelia Nieto. La cuestión no es el tiempo que ha pasado, si no lo rápido que lo hemos sufrido y disfrutado. Pero bueno ¡Que nos quiten lo bailao! Desde aquí, un saludo cariñoso a todos mis compañeros, a ellos les debo todo lo que he disfrutado y aprendido el mundo de la interpretación y lo sigo haciendo.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Sangre celta en las venas


La noche ha caído sobre la vida
las luces del destino han agotado su aceite eterno
el aliento cálido de la garganta fresca ha expirado su último suspiro
el valor del corazón guerrero se ha convertido en recuerdo.

Francisco Vila ("Ebernach, las memorias de un druída errante",
libro de poemas. A Coruña 2002)

lunes, 9 de marzo de 2009

De repente el silencio



De repente el silencio
la respiración se corta
la vida pende del alma
los sueños se amontonan
la existencia fluye a borbotones, impetuosa
la sangre se detiene
el corazón espera
la paz y la calma avanzan.

Ya es tarde, quizás muy tarde
demasiado pronto tal vez.

Aún estoy
¿Y tú?
¿Dónde estás?
Jamás volverás, lo sé
mis manos nunca más tocarán tu piel
y mis labios buscarán la brisa
que seca tu llanto
arremolinando el velo
que roza tu boca en silencio
tu boca
que grita y me llama
que gime y reprocha
¿Por qué? ¿Por qué?
¿Por qué te fuiste?
Mi bien, mi vida
¿Por qué cediste?

Me quedo sola, me dejas sola ¡Espera!
¡No te vayas!
¿Por qué no respondes?
¿Por qué no lo impedí?
Al fin te fuiste.
Finalmente me fui.

Muy pronto se agotará el día
y en aquel lugar del primer encuentro
seremos de nuevo extraños
tu y yo
otra vez.

Francisco Vila ("De repente el silencio", poema. A Coruña 2005)


jueves, 5 de marzo de 2009

¡Vencer o morir!



Aulló el instinto libre.

En el interior de la mente
el rugido de la batalla con sonidos de gaitas y tambores
como latidos pulsantes de libertad
elevaron los sentidos al éxtasis
al culmen de los sueños.
Gritó libre la voz libre
y los sones de lejanos timbales
anunciaron a la tormenta y a los truenos.

¡¡Guerra!!
Se oyó a lo lejos desgarrando al viento.
Y cien mil pisadas a la voz de
¡¡Adelante!!
en la dura tierra se hundieron.
Los cascos de miles de caballos
con sus caballeros y sus hierros
avanzaron al trote, luego al galope
finalmente cabalgaron al viento.

Aulló el instinto libre en el frío corazón de hielo.

¡¡Vencer o morir!! Ese es el fin
ese es el lema.
Por la libertad, por la vida
matemos y muramos a un tiempo.
Por la libertad, por los sueños
descubramos la vida
colgando del filo de la espada y del machete.
Luego, tras la batalla
dejadnos dormir en la hierba
que la sangre se humedezca con el frescor de la noche
que el cuerpo no se seque
dejadnos soñar con el viento, soñar con el mar
con el cielo
dejadnos sentir en libertad
la dicha y la suerte de ser eternos.

Francisco Vila ("¡Vencer o morir!", poema. A Coruña 2006)

martes, 3 de marzo de 2009

El Corazón del Tiempo III



Un sólo gesto

Un sólo gesto
llenaría el vacío de las sombras
con mil soles
uno sólo llegaría para inundar de luz
la penumbra de las rosas rojas
en la hierba.

Una mirada aislada
unos ojos que sin mirar
iluminasen de interés el aire
que rodea mi aliento casi ahogado
darían un sentido a mis sentidos
una razón sin disculpa
a mis temores.

Tengo frío, tiemblo
necesito el olor de tus olores
el sabor de tus sabores
tu voz
el sin fin de tus reproches
o nada.

Simplemente necesito
la ausencia de vacío
en el aire que respiro
en tu presencia.

¿Dónde estás?
Necesito respirar cuando tú vuelvas
¡Vuelve!

Francisco Vila ("El Corazón del Tiempo", poemas. A Coruña 2003)

El Corazón del Tiempo II



Siempre voy hacia ti



Siempre voy hacia ti
y vengo
y vuelvo a ir.

Origen y destino
antes y después
seguro, quizás o tal vez
imán e imán
cerca y lejos
duda y certeza
indecisión
hoy y ayer
y ayer será otro día
de un hoy lejano
que se fue
que quizás mañana regrese
para convertirse en el día después.

Siempre voy hacia tí
y vengo
y después
¿a dónde iré?

Francisco Vila ("El Corazón del Tiempo", poemas. A Coruña 2003)

El Corazón del Tiempo


Es tan sencillo llenar el espacio vacío de los sueños
y el silencio
como inundar de lágrimas el océano profundo
de los ojos negros del amor y el miedo.

Francisco Vila ("El Corazón del Tiempo", poemas. A Coruña 2003)