miércoles, 29 de abril de 2009

Yo le compré al cielo...

By the Wayside 1912
John William Godward




Creí verte asomada
transparentando la luna
el perfil de tu cuerpo
y tú vuelta hacia mí sonriendo
cómplice de mis miradas
cómplice de mis deseos.
Hoy sé que no estás
que te has ido
hoy sé que en realidad eras un sueño
fuiste simplemente una ilusión
que comenzó ilusa en una orilla
junto al mar de los deseos.

Francisco Vila
(Versos del poema "Yo le compre al cielo las Pléyades", A Coruña 2002)

lunes, 27 de abril de 2009

La avenida está vacía


Gran Vía
Antonio López

La avenida está vacía
sólo la brisa mueve las ramas

de los tristes árboles

que alegran el paseo en la mañana.


Un coche madrugador

o que aún no se ha acostado

un transeúnte
con su destino marcado
¡...son las seis! ¡Llegaré tarde!


Dos camiones a lo lejos
uno se aleja, la basura

otro regando las calles se acerca

¡Está bien, que queden lavadas!

Están ahí, amenazan, se acercan
las calles vacías, en una hora

estarán llenas.


Hace media hora

la vida dormía, descansaba

ahora mismo se lava

se afeita, se viste

desayuna

y a la calle.

En una hora estaré entrando

si no ¡Llego tarde!


Las calles aún vacías
se desperezan

en las esquinas bostezan

se apagan las farolas

pues el sol se abre paso

sobre los jardines y el campo.

Y un murmullo lejano

crece y crece

hasta hacerse inhumano.

Las calles vacías dejaron paso

a las sonrisas y al llanto

autobuses que pasan, paran

y descargan su jaleada carga.


La avenida está llena.
La avenida vacía

se inundó de repente

de un sonido atronador

tremendamente aterrador, humano.

Francisco Vila (A Coruña, marzo 2007)

martes, 21 de abril de 2009

Y volví a aquel lugar...


Dante Gabriel Rossetti




Y volví a aquel lugar
con la imaginación
y el recuerdo.
Volví solo
volví casi sin aliento
corrí en tu busca
buscando y rebuscando
entre las arenas y el viento.
A dónde has ido
a dónde has escapado
a dónde huyeron tu sombra y tu luz
y tu memoria.
A dónde te alejaron la ansiedad
y el clamor de las hojas del invierno
pues
el calor del verano derritió en mi boca
la humedad más ardiente
de tus besos
y el sonido de tu voz diciéndome
¡Amor! ¡Amor mío, hoy y siempre!

A dónde has ido
quiero soñar contigo otra vez
de nuevo ver tus ojos que me miran
ver el sol a través del brillo de tus lágrimas
quiero soñar contigo junto a mí
en la distancia.

A dónde has ido
quiero estar contigo
aunque no sepas
que en lo más profundo de mi mente
los murmullos de los sueños me han contado
que en aquel lugar
el día y la noche se cruzaron
y surgió el alba en tu sonrisa
y el ocaso de mis horas se detuvo
y no fue un cuento
ni fue real
pero todo fue y nada ocurrió
en aquel lugar a donde he vuelto
en aquel lugar
donde el tiempo era nuestro
en aquel lugar en donde
nunca jamás
la luz del sol volverá a amanecer.


Francisco Vila. A Coruña, abril 2009.

martes, 14 de abril de 2009

Tus ojos, tu mirada

Sir Lawrence Alma-Tadema



Tus ojos
tu mirada
esa luz que ilumina tu sonrisa
cuando me ves
cuando me miras
¡Hola! ¡Buenos días!
¡Vaya, hoy algo te pasa!

Tus ojos
tu mirada
esa luz que al final del saludo
ilumina mi sonrisa
da vida a mi vida
inaugura el regreso del recuerdo
del sabor de los besos
del calor de los abrazos
de la ilusión de dos palabras.

Tus ojos
tu mirada
tu sonrisa
tu fresca y sincera sonrisa
tu ceja, arqueada cuando reclamas
atención , seriedad
un halago
un a ti siempre... , disimulado
un tal vez, quizás
sin mencionarlo.
O es simplemente la ilusión
de un iluso
que sabiéndose perdido
se aferra al sueño inalcanzable
de la ilusión más tenaz
cuando mirándome al espejo
me digo y me repito
¡No es posible, jamás lo ha sido!
ni ayer, ni hoy, ni mañana,
siempre seré
Peter Pan.

Francisco Vila. Pontedeume-A Coruña, abril 2009

jueves, 2 de abril de 2009

Cuando un lago desaparece

Praia

Alfonso Daniel Rodriguez Castelao

(Siglo XX. Técnica mixta sobre papel)



Dicen que algunos lagos desaparecen , como es el caso del lago Jackson en Florida (USA), y ese fenómeno se conoce con el nombre de Sinkhole.
En el caso del lago Jackson ocurre cada veinticinco años. Como si destaparan el desagüe, el agua desaparece en un remolino hacia un oscuro y profundo agujero, todo ello en unas pocas horas. Luego, poco a poco, vuelve a llenarse. Así es la vida, desaparece pero siempre queda la esperanza de que en algún momento vuelva, y sobre todo, que siempre estará ahí.


Te dije ... ¡Adiós!
¡Adiós!
Se oyó tu voz a lo lejos
y la luz de tus ojos
inundó de sombras
la sonrisa de mis días.

Francisco Vila, A Coruña 2002
(Retazos VIII, de "El jinete que cabalga nubes en el cielo")