Cuántas veces hemos pensado y nos hemos lamentado de lo "efímeros" que son esos "instantes efímeros". De lo limitado que es el tiempo, ese tiempo que dicen que no existe, que es relativo y que a fin de cuentas es un invento nuestro, tan dados que somos a medir y controlar todo. Por eso, según los científicos, en el espacio el tiempo no existe. Y como hay otros científicos que dicen que procedemos del espacio, vamos que no somos terrestres, eso me hace pensar en algunos instantes...
Tu cuerpo desnudo
mi cuerpo junto a tu cuerpo
entrelazadas las manos
el sudor simplemente se desliza al suelo.
Siento el calor de las llamas
me abrasan, me abrasas
mis labios en tus labios
mi lengua se moja sin decir nada.
Mis piernas tiemblan
tiemblan las rodillas
tiemblan mis brazos
mi boca tiembla, tiembla tu boca
tiembla el empeine de tu vientre
cuando mis manos te acarician
mis manos tiemblan.
Cierro mis ojos
cuando veo que los tuyos me provocan.
Me dirijo y te contemplo
con los ojos del deseo
mis ojos ciegos se concentran
en los mil rincones de tu cuerpo
y disfrutan
y seducen
y alcanzan las más altas cotas
del placer erótico del cielo
voy allá donde no puedo con mis manos
y mis besos
acaricio los sentidos de tu cuerpo
y tú mi cuerpo
y sufrimos la inmensidad infinita
de lo limitado que es el tiempo.
Tu cuerpo desnudo
mi cuerpo junto a tu cuerpo
unidos
en un abrazo eterno
en un instante efímero
en un instante ajeno
en un abrazo que supera al tiempo.
Francisco Vila
(Del poemario "Siempre es un Adverbio... A Coruña, 2002)
mi cuerpo junto a tu cuerpo
entrelazadas las manos
el sudor simplemente se desliza al suelo.
Siento el calor de las llamas
me abrasan, me abrasas
mis labios en tus labios
mi lengua se moja sin decir nada.
Mis piernas tiemblan
tiemblan las rodillas
tiemblan mis brazos
mi boca tiembla, tiembla tu boca
tiembla el empeine de tu vientre
cuando mis manos te acarician
mis manos tiemblan.
Cierro mis ojos
cuando veo que los tuyos me provocan.
Me dirijo y te contemplo
con los ojos del deseo
mis ojos ciegos se concentran
en los mil rincones de tu cuerpo
y disfrutan
y seducen
y alcanzan las más altas cotas
del placer erótico del cielo
voy allá donde no puedo con mis manos
y mis besos
acaricio los sentidos de tu cuerpo
y tú mi cuerpo
y sufrimos la inmensidad infinita
de lo limitado que es el tiempo.
Tu cuerpo desnudo
mi cuerpo junto a tu cuerpo
unidos
en un abrazo eterno
en un instante efímero
en un instante ajeno
en un abrazo que supera al tiempo.
Francisco Vila
(Del poemario "Siempre es un Adverbio... A Coruña, 2002)