miércoles, 16 de enero de 2013

Y el mundo se abrió...



Y el mundo se abrió,
de repente,
en un abrir y cerrar de ojos.
Y el mundo se mostró como es
horrendo, humano,
precioso, grandioso, fantástico,
cruel, despiadado,
bondadoso, cariñoso.
Y la vida sucumbió a este mundo
y la vida se sometió,
lo aceptó.
Y el mundo siguió girando,
ajeno, distante,
natural,
a través del universo, errante.

Y yo estaba allí y aquí
y tú junto a mí,
junto a millones y millones
y millones de seres humanos,
que somos, fuimos y seremos
ajenos, distantes
y cercanos
a este mundo que nos ama,
que nos teme e ignora
hasta cansarse.

Y el mundo se abrió
y así demostró al fin,
cual es,
era y será
el valor del tiempo en una vida.

Enero 2013