Gran Vía
Antonio López
La avenida está vacía
sólo la brisa mueve las ramas
de los tristes árboles
que alegran el paseo en la mañana.
Un coche madrugador
o que aún no se ha acostado
un transeúnte con su destino marcado
¡...son las seis! ¡Llegaré tarde!
Dos camiones a lo lejos
uno se aleja, la basura
otro regando las calles se acerca
¡Está bien, que queden lavadas!
Están ahí, amenazan, se acercan
las calles vacías, en una hora
estarán llenas.
Hace media hora
la vida dormía, descansaba
ahora mismo se lava
se afeita, se viste
desayuna
y a la calle.
En una hora estaré entrando
si no ¡Llego tarde!
Las calles aún vacías
se desperezan
en las esquinas bostezan
se apagan las farolas
pues el sol se abre paso
sobre los jardines y el campo.
Y un murmullo lejano
crece y crece
hasta hacerse inhumano.
Las calles vacías dejaron paso
a las sonrisas y al llanto
autobuses que pasan, paran
y descargan su jaleada carga.
La avenida está llena.
La avenida vacía
se inundó de repente
de un sonido atronador
tremendamente aterrador, humano.
Francisco Vila (A Coruña, marzo 2007)
Antonio López
La avenida está vacía
sólo la brisa mueve las ramas
de los tristes árboles
que alegran el paseo en la mañana.
Un coche madrugador
o que aún no se ha acostado
un transeúnte con su destino marcado
¡...son las seis! ¡Llegaré tarde!
Dos camiones a lo lejos
uno se aleja, la basura
otro regando las calles se acerca
¡Está bien, que queden lavadas!
Están ahí, amenazan, se acercan
las calles vacías, en una hora
estarán llenas.
Hace media hora
la vida dormía, descansaba
ahora mismo se lava
se afeita, se viste
desayuna
y a la calle.
En una hora estaré entrando
si no ¡Llego tarde!
Las calles aún vacías
se desperezan
en las esquinas bostezan
se apagan las farolas
pues el sol se abre paso
sobre los jardines y el campo.
Y un murmullo lejano
crece y crece
hasta hacerse inhumano.
Las calles vacías dejaron paso
a las sonrisas y al llanto
autobuses que pasan, paran
y descargan su jaleada carga.
La avenida está llena.
La avenida vacía
se inundó de repente
de un sonido atronador
tremendamente aterrador, humano.
Francisco Vila (A Coruña, marzo 2007)
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