Cuando llega el otoño, muchos notamos el impacto. A unos les afecta en el sueño, a otros se les ralentiza el ánimo, a otros se les acelera. Unos lloran, otros rien, a otros les embarga la tristeza, etc, etc. A mi me pasa lo que me pasa, como poeta un compendio de todos, como persona lo voy llevando, intento superarlo y superarme a mi mismo. Y sobre todo escribo, escribo mucho y disfruto contemplando la esencia del otoño, lo que significa, el cambio, la muda, el prepararse para hibernar. Vivo, continúo viviendo los días, intensamente, artísticamente, amando. Amando a los árboles, amando a la tierra, al cielo, al viento. Amando a las montañas más altas y a los valles más extensos, al mar, a los ríos y al lago. Amando al aire que respiro y a las aves en el cielo. Amando, e invito a todos a amar, no os preocupéis, no duele, todo lo contrario causa mucho placer y no sólo el que os imagináis ¡que también! Y ahora un poema, pequeño, breve, pero intenso.Seré breve, casi un suspiro
será un segundo de tiempo escaso
será un instante finito inmenso
¡Te Amo!
Y tú después tendrás la eternidad
para contestar en silencio.
Francisco Vila ("SIEMPRE, es un Adverbio de Tiempo", poemas. A Coruña, 2002)
1 comentario:
Si es ciero, al menos para mi, despues de amar....amar no duele.
Hermoso lo compartido.
Saludos
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