Esto lo escribió un compañero y colega, un amigo. Hago mías sus palabras.
ONCE AÑOS
Once
años han pasado desde que la bestia vomitara su bilis negra, inundando
nuestro mar y nuestra costa de tristeza, dolor, muerte y desolación.
Los
señores de las puñetas, después de haber estudiado 3 carreras, 25
masters y 5 doctorados, se disponen a juzgar. Han tardado 11 años en
dictar sentencia.
Resultado: "NO HA PASADO NADA".
Para obtener semejante conclusión no era necesario tanto
esfuerzo, tanto tiempo, tanto gasto, ni tanto pensar y razonar. Lo
podían haber dicho hace 11 años.
Los políticos son inmunes,
intocables, inviolables, impunes, invulnerables, indiferentes e
inteligentes y, por tanto, se van de rositas.
La
compañía aseguradora y armadores, idem de lienzo. Barra libre para que
el próximo (¡ojalá que nunca haya un próximo!) pueda hacer lo que
quiera.
10.000 de las 63.000 toneladas vertidas siguen en
SOGARISA (As Somozas) en espera de tratamiento porque se necesitan casi 2
millones de euros para tratarlas.
Somos 11 años más pobres, 11 años más viejos, 11 años más expertos y 11 años más desconfiados y desesperanzados.
Podemos
estar tranquilos, la Justicia ha redactado miles de folios y ha llevado
a cabo su trabajo, sentenciando: "NO HA PASADO NADA".
Las banderas de conveniencia son auténticos parapetos y trincheras en
las que los forajidos campan a sus anchas y están a salvo de cualquier
tipo de exigencia internacional y de toda culpa.
El
dinero abre surcos en el mar, auténticas autopistas que van dejando
autopsias físicas y naturales, a las personas, animales y al planeta.
Estamos vendidos, a expensas de lo que cuatro potentados y patentados quieran hacer.
Yo, ingenuo de mí, creía que los piratas, bucaneros, corsarios y
filibusteros eran cosa del pasado. Siguen existiendo. Han cambiado la
pata de palo, el garfio y el parche en el ojo por la corbata de seda,
los gemelos dorados, la limusina y el helicóptero en el jardín de su
mansión. Antes olían a sudor, ahora cada gota de su perfume vale un
potosí.
La tragedia costó al Estado 4.000 millones de euros. La culpa es de Galicia por tener mar y no apartarse.
¿Dónde están los culpables? ¿Dónde están los responsables? ¿Hay alguien ahí?
Santiago Rodriguez Pérez, Noviembre 2013