La primera vez que pude contemplar la obra de Carlos Barcón me quedé impactado con la energía que emanaba de sus lienzos. Eran, como si toda la carga vital y destructora de una tormenta inundase cada cuadro. Los trazos se convertían en relámpagos que rompían los paisajes en miles de partículas ígneas, inundando de luz y sombras hasta el más diminuto poro del lienzo. Desde mi punto de vista es un pintor vitalista, arriesgado, desenfrenado y valiente. Todo lo contrario de lo tranquilo que parece hablando con él.
Tú no pintas, pintor...
Tú no pintas, pintor
extiendes partículas de sueños
que explosionan imprecisas
sobre el blanco virgen
del lienzo.
Tú no pintas, pintor
trasladas la fuerza de la tormenta
y del trueno
al desierto blanco
del cielo.
Tú no pintas, pintor
simplemente con los ojos y el pincel
de un dios,
creas.
("Poemas de otoño" Francisco Vila. A Coruña, Diciembre 2007)
No hay comentarios:
Publicar un comentario