Hay momentos, unos más que otros (me refiero a los momentos), en los que las ausencias se sienten más, más profundamente. Diría el poeta: que mucho más adentro, en lo más profundo del corazón de los recuerdos. Hay circunstancias que a veces obligan a las ausencias a dejarse ver con más descaro y arrogancia, unas veces son viajes inesperados, otras veces enfermedades estacionales, las menos de la veces son por cansancio, y las menos todavía por indiferencia. Así que a todas aquellas personas que por uno u otro motivo, y sobre todo en estas fechas, tengan que conformarse con los silencios de las ausencias y poco más, les dedico los dos poemas siguientes. De esta forma espero y deseo que puedan soportar el frío, aguantar el viento y dejar que el tiempo les reponga un sueño.
A la vuelta de las horas
A la vuelta de las horas
al regreso de un momento
le confesé al viento mis recuerdos
y me contestó la ausencia
con silencios y silencios.
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Hoy he visto al infinito
Hoy he visto al infinito
abrazado a la distancia.
Le decía en un susurro
entre sollozos y temblores
¡Me voy, tal vez vuelva!
Entre tanto no te alejes
por si al regresar te pierdo
escondida
en los confines del universo.
(Ambos poemas pertenecen al libro: "El Lenguaje Sutil" de Francisco Vila. A Coruña, 2006)
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