La ola
William Adolphe Bouguereau (1825-1905)
Aquí estoy, he vuelto. Primero fue un viaje, del que ya hablaré cuando pueda descargar las fotos, después ha sido un problema técnico, como se dice siempre pero que ahora es verdad, mi ordenador ha hecho ¡crack! y ahora estoy de prestado. Menos mal que tenía todo a buen recaudo ¡que si no...! Pero aquí estamos otra vez con lo último, casi acabado de salir del horno. Espero que os guste, ya me diréis.
Las nueve olas
Caían las últimas sombras de la noche
al alba.
Retornaba el sueño a sus aposentos
de nieve y lava.
La luz, la claridad, el día
arrogantes acudían
a entreverar mis sábanas.
El viento soplaba el edredón de nubes
que abrigaba al puerto
marea blanca protectora y madre.
Las gaviotas en vuelo invaden con sus gritos
los últimos rincones del silencioso atraque.
La mañana despierta al comenzar el día
olvidada la noche, adormecida la vida.
Risas, cantos, lloros, silencios
gritos
la vida surge, resurge, avanza.
Cuando contemples el mar
¡Vida mía!
escucha el clamor de las aguas
que el sol oriente tu mirada
atenta al horizonte
que por allá a lo lejos se acercan
las olas se acercan
las nueve olas que sobre el mar cabalgan.
La primera en llegar
La de los deseos contenidos
la segunda será
La de la ilusión
la tercera
La del olvido
la cuarta
La de los sueños incompletos
la quinta
La del querer y no querer
la sexta traerá
La del silencio y el miedo
la séptima no se hará esperar
La del destino
la penúltima
La del rumor
tras ella llega la última
la más fuerte La del adiós
la que retorna finalmente al deseo.
Caen las últimas sombras
el mar se ilumina con la luz del sol
que se mira y admira
en un transparente espejo de sueños.
Francisco Vila ("Las nueve olas", A Coruña Junio 2009)
Caían las últimas sombras de la noche
al alba.
Retornaba el sueño a sus aposentos
de nieve y lava.
La luz, la claridad, el día
arrogantes acudían
a entreverar mis sábanas.
El viento soplaba el edredón de nubes
que abrigaba al puerto
marea blanca protectora y madre.
Las gaviotas en vuelo invaden con sus gritos
los últimos rincones del silencioso atraque.
La mañana despierta al comenzar el día
olvidada la noche, adormecida la vida.
Risas, cantos, lloros, silencios
gritos
la vida surge, resurge, avanza.
Cuando contemples el mar
¡Vida mía!
escucha el clamor de las aguas
que el sol oriente tu mirada
atenta al horizonte
que por allá a lo lejos se acercan
las olas se acercan
las nueve olas que sobre el mar cabalgan.
La primera en llegar
La de los deseos contenidos
la segunda será
La de la ilusión
la tercera
La del olvido
la cuarta
La de los sueños incompletos
la quinta
La del querer y no querer
la sexta traerá
La del silencio y el miedo
la séptima no se hará esperar
La del destino
la penúltima
La del rumor
tras ella llega la última
la más fuerte La del adiós
la que retorna finalmente al deseo.
Caen las últimas sombras
el mar se ilumina con la luz del sol
que se mira y admira
en un transparente espejo de sueños.
Francisco Vila ("Las nueve olas", A Coruña Junio 2009)
2 comentarios:
Querido Francisco: qué belleza de cuadro, qué precioso y utópico poema porque a medida que lo vas leyendo te sientes inmersa en ese mar, al que tanto amamas, y te vas dejando llevar por esas nueve las olas, de deseos, ilusión, olvido, querer, silencio... ¡Enhorabuena!
Has tardado en asomarte a tu Blog pero querido amigo, ha merecido la pena. Un beso de Maruja Quesada.
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