Ophelia
John Everett Millais
Manifiesto
contra la violencia de género (Ferrol, 29 de Junio de 2012)
Hace
unos días leí, que en el 2010 se produjeron en España 3.145 suicidios (2.456
eran hombres y 689 eran mujeres). Las organizaciones de separados afirman que
esta diferencia se debe en buena parte a que las leyes sexistas impuestas por
el feminismo radical sojuzgan brutalmente al varón, lo asfixian económica y
socialmente, y le impiden relacionarse con sus hijos. Año 2010. Es triste, muy
triste el número de suicidios, sean de hombres o mujeres, de niños o de niñas,
de ancianos o de ancianas, de marginados o de marginadas, de trabajadores o de
trabajadoras, de parados o de paradas, de amas de casa o de… Es muy triste que
muera gente, es muy triste que personas se suiciden, pero marcar diferencias
del número y las razones del suicidio por razón de sexo sobre todo en un país,
en una sociedad que va saliendo, a duras penas, treinta y seis años después
(que puede parecer mucho tiempo, pero es demasiado poco para cambiar costumbres
muy arraigadas), de una educación que durante siglos y siglos nos enseñó que el
hombre (el Hombre) era superior al resto de los seres vivos de este planeta.
Una sociedad en la que se educaba a la mujer para ser madre, sirvienta y
esclava del marido. Una sociedad en la que la mujer, prácticamente, no tenía
derecho alguno, ni acceso a la educación superior, ni a la igualdad en el
trabajo. Que no tenía derecho ni posibilidad de acceder a puesto de relevancia
en ningún estamento socio-político-religioso. Una sociedad en la que cuando se
hablaba de la mujer siempre sobresalía el papel de la madre y como mucho el de
la hermana, pues lo que eran o hacían
las demás mejor no mencionarlo. Una sociedad en la que el hombre era dueño, amo
y señor, fuera y dentro de la familia. ¿De qué leyes sexistas impuestas por el
feminismo radical hablamos? Sin ir más lejos, que se lo pregunten a los
biógrafos de Rosalía de Castro, ahora esa gran mujer y valorada poeta. Que le
pregunten el cómo y el por qué de su infancia. Y a Concepción Arenal, qué
ocurrió con sus ideas, o a Emilia Pardo Bazán, las consecuencias de su espíritu
indomable. Y a tantas otras mujeres, cómo habría sido su vida si hubieran sido
hombres.
Desde
comienzos del SIGLO XXI: 767 mujeres han perdido la vida a manos de sus señores
feudales: maridos, novios o compañeros sentimentales (¿Sentimentales?). En lo
que va de año ya van 30. Dejemos de quejarnos como niños con miedo a la
oscuridad, seamos personas, seamos seres humanos racionales, lógicos, libres.
Seamos seres humanos que queremos demostrar que sabemos amar, sin exigir la
vida. Que sabemos vivir sin destrozar la vida ajena. Que creemos en la
libertad, libertad de ser todos iguales y distintos, pero con los mismos
derechos a vivir y disfrutar de la vida, de nuestra única vida. Nadie puede
estar por encima de nadie en el derecho a la vida.
Hoy,
29 de Junio de 2012, aumenta la cifra a
36 personas muertas por violencia de género y el doble si sumamos las
agresiones, sin muerte, por la misma
causa. Seis mujeres más, asesinadas ¿Por qué? me pregunto ¿Por qué?
“HAGÁMONOS
LIBRES DE UNA VEZ POR TODAS”.
Francisco
E. Vila
Ophelia (detalle de la obra)
John Everett Millais
Por último, leeré un poema que terminé
hace poco, antes de saber que iba a ser invitado a este acto y que creo que
encaja perfectamente en el espíritu del mismo. Está dedicado a todas las
mujeres en general y además, hoy quiero dedicárselo en particular con todo mi
dolor y mi cariño a una mujer que aparte de haber sufrido una muerte
absurda, por cercanía nos duele aún más.
Este poema se lo dedico a Iria García Bouza, que murió a consecuencia de cuatro
cuchilladas, a los 28 años, casi sin haber vivido, en una calle de Narón.
A ti, mujer…
A ti, mujer
baño de oro y
plata
alma de hojalata
y piernas de
marfil.
A ti, mujer
brazos de azabache
labios de uva
fresca
y dientes de rubí.
A ti, mujer
que siempre has
dado todo
lo que yo jamás
pensé
ni nunca di.
A ti, mujer
pechos agostados
útero inflamado
y sueños baladí.
A ti, mujer
que albergas la
vida
animas la lumbre
y callas por mí.
A ti, mujer
madre y culpable
leche y vinagre
ser y no ser nunca
feliz.
A ti, mujer
dulce y arisca
seda y esparto
rojo y añil.
A ti, mujer
victima insaciable
mujer de la calle
y dama noble en
cubil
A ti, mujer
que osas ser mía
al ocaso
y al alba lloras
y clamas por mí.
A ti, mujer
madre infinita,
esclava de una y
de mil noches
señora de mi casa
que anhelaste ser
gaviota, sin alas
con las que poder
huir.
A ti, mujer, este
homenaje
de unos pocos
versos, un poema
y mil gracias mil.
Francisco E. Vila
(Junio 2012)
2 comentarios:
Francisco, me uno a ti en ese manifiesto que aportaste y bonito
poema dedicado a la mujer.
Hoy día la violencia de género es un fenómeno histórico presente en todas las culturas y sociedades.
Esta realidad tan dramática y a la vez tan invisibilizada, es una violación de los derechos humanos que debería ser exterminada radicalmente.
Un besazo, amigo poeta.
Te felicito por ese manifiesto y como no por la poesía.
Buen día.
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