Siempre
Los besos a
escondidas
¿Recuerdas?
La humedad de
mis labios
esperando
recibir el deseo abrasante
de tu boca.
A escondidas las
caricias
mis manos en tus
manos
mis dedos
recorriendo un millón
de sueños.
Soñamos una y
otra vez
los instantes
grabados a fuego
que
permaneciesen suspendidos
en el tiempo.
Intentamos
retener cada segundo
que cada minuto
se transformara eterno
que las noches
fuesen días
y los días
durmiesen sueños.
Las palabras
eran versos
¿Recuerdas?
Tus oídos
degustaban las delicias
de un violín que
rasgaba el viento.
Las miradas
descaradas
¿Recuerdas?
Unos ojos
contemplando
observando la
luz entrecortada
de unas velas.
Las luces y las
sombras de las horas
alargaban las
caricias
y los besos,
mantenían vivo
el fuego y la brasa
del deseo.
El viento sopló
frío e inquieto
los árboles
temblaron su desnudez
el cielo
desplegó su manto de invierno
y nuestros
sueños se fueron
muy lejos,
tierra adentro.
Así quedaron
ocultos los instantes,
los besos, las
caricias, los versos,
mis ojos se
cerraron y los tuyos
se hicieron
dueños de un mundo
en silencio.
Francisco E. Vila
(del poemario "Siempre, es un Adverbio de Tiempo")
3 comentarios:
¡Qué recuerdos!, y, ¡qué manera de expresarlos!, que sin darse cuenta, lleva a quien lo lee a la pasada escena, llegando a sentirme culpable por espiar tan íntimos momentos.
¡Qué romántico y pasional es tu poema!¡Enhorabuena, Francisco!
Me ha recordado mi primer beso a escondida y, al poeta de mi juventud, Gustavo Adolfo Becquer:
“Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo:
por un beso… yo no sé
qué te diera por un beso.
Bess.
¿Recuerdas el espacio que hay entre el sueño y la vigilia?...¿ese lugar donde aún se recuerdan los sueños?... Allí es donde siempre te querré. Allí es donde siempre te esperaré...
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