viernes, 5 de agosto de 2011

Ahí vienes...

La dama de Shalot mirando a Lancelot (1894)
John William Waterhouse





Ahí vienes
enroscada en el aire que respiro...
supurando amor
como herida infectada por el tiempo.

Ahí vienes
sola, sin la nieve, ardiente
como una flecha dispuesta a morir
matando.

Ahí vienes
arrugando el entrecejo con mirada extraña
rasgada de dudas
y desprecios.

Ahí vienes
oliendo el aire
olfateando el aire, buscando
hasta encontrarme sin aliento.

Ahí vienes
como la nube que se acuesta
cada tarde
para perderse en las sombras de la noche.

Ahí vienes
como sombra de los sueños
a mi cama
como ansia de ilusiones
que se perdieron
como angustia de mis manos
al no hallarte
como fuego que se apaga
en mi mente
como día y noche y día
al despertarme
como aquella luz que era sol
al apagarse.

Ahí vienes
y entonces, no estaré para encontrarte.

Francisco E. Vila (Pontedeume, Agosto 2011)

domingo, 8 de mayo de 2011

Doblé la esquina del destino...

The Garrison Walk, St. Mary's
John Brett (1873)



Doblé la esquina del destino
dos calles más abajo de mi vida
y al dar la vuelta me retuvo
el ansia audaz de cambiar de rumbo.

Doblé la esquina de una calle
con farolas ciegas y gatos chungos
con ratas grises de voz chillona
en charcos sucios de lluvia ácida.

Doblé la esquina de otro día
sin calles ni aceras
donde quedaron grabadas mis huellas
en caminos secos de tierra baldía.

Y otra vez paso a paso
sin rumbo fijo
vuelvo a la calle que me abrió los ojos
donde me encuentro solo
sin retorno
sin nadie que me anime
a inaugurar la vida.


Francisco E. Vila (A Coruña, abril 2011)

martes, 15 de marzo de 2011

... y es verdad lo que los sueños me responden

Pushkin´s Farewell to the Sea
Ivan Aivazovsky



… y es verdad lo que los sueños me responden

aún dormido

cuando te veo caminar allá, a lo lejos.

Te acercas lentamente, paso a paso

con mirada cómplice que asoma entre tus párpados.

Te acercas poco a poco, insistente

hasta alcanzar con mis manos impaciencias

y así, a la altura del deseo y la ternura

esos sueños que agotados me rodean

huyen de las luces de la aurora

invitando otra vez y otra noche

a agotar en mi vida la esperanza

de aquel lugar, aquella tarde

aquella calma, rodeando con abrazos y mis brazos

tu cintura juvenil, tus labios que me abrasan

y tus manos codiciosas en mis brazos

exigiendo, reclamando, despertando,

deseando, compartiendo.

Los sueños huyen, la mar en calma

el día vuelve, mi vida… avanza.


Francisco E. Vila (A Coruña, 26-11-10)

martes, 8 de marzo de 2011

En una guerra...

Libye (Siglo XXI)




"En una guerra nunca mueren todos los que deberían;
y sí mueren, muchos más de los que no deberían."

Francisco E. Vila

jueves, 24 de febrero de 2011

He oído aullar al viento...

La novena ola
Ivan Aivazovsky (1817-1900)


He oído aullar al viento

llamando a gritos desde lejos

a una nube que se aleja despistada

tapando al sol y a la luz de la mañana.

He visto a las gaviotas

remontando la tormenta que se acerca

y a la lluvia cortejando a las praderas.

He visto a la noche despeinada

alejarse lentamente acariciando a la montaña.

He visto volar a las estrellas

y las he visto morir rozando las tinieblas.

He visto a la luna reír a las sombras de las velas

y la he visto llorar tras el blanco de la niebla.

He visto al mar enfadarse con las velas

y al velero sortear la niebla espesa.

He visto al pastor vigilando a las ovejas

y al lobo agazapado deseando ir tras ellas.

He visto a las llamas alimentarse de la hierba

y satisfacer el fuego la estupidez de las mentes más pequeñas.

He visto el horizonte rojo incandescente

de otro día que se aleja

y lo he visto iluminarse de un blanco aún nonato

de otro día que ahí llega.

He visto que lo que yo veo

no siempre se refleja en otros ojos y otros sueños

y que mi tierra, el planeta tierra

es de ciegos de ojos brillantes y corazón ausente.

Francisco E. Vila (A Coruña, Febrero 2011)

domingo, 30 de enero de 2011

Se cerraron las páginas del libro...

Finisterre (Galicia)




Se cerraron las páginas del libro
se cerró el último capítulo de una historia
se acabaron los días y las noches
se agotaron las miles de palabras
se ahogaron los suspiros entrecortados
se apagaron las hogueras y las llamas
se acabaron los instantes y las horas
se agotaron los viajes y distancias
se ahogaron las risas y los llantos
se apagó el último rescoldo de las brasas
...
y en un susurro inaudible cierro el libro
esperando que muy pronto, muy temprano
de esta historia terminada, finalmente se abra paso
poco a poco, lentamente,
la leyenda que comienza hacia el mañana.

Francisco E. Vila (A Coruña, enero 2011)

martes, 11 de enero de 2011

Si aquel día... querría pensar

El joven poeta
Arthur Hughes (1832-1915)





Si aquel día en que se me ocurrió escribir el primer poema, mi primer poema, se me hubiese ocurrido pensar qué significaban los versos, qué quería decir y expresar, qué pretendía transmitir en cada palabra. Cómo desearía que se entendiese el dolor y la alegría que encierra cada uno de esos versos; mis uno y mil sentires al escribirlos, al compartirlos, al disfrutarlos. Si aquel día hubiese podido ver el futuro y el por qué escribí aquel primer poema, aquellas breves palabras que me abrieron las puertas a un universo infinito, a un espacio donde el tiempo se mueve entre verso y verso, a un universo paralelo donde puedo vivir y vivo, en donde vivo lo que no vivo y muero cuando no muero; y sufro cuando sufro y me enamoro cuando aquí no puedo y te beso cuando no te tengo; y soy feliz e infeliz cuando quiero. Si aquel día me hubiese dado cuenta, tal vez no lo habría escrito o tal vez nunca, nunca, hubiese escrito de nuevo.



Querría pensar
que hoy escribí el mejor poema de mi vida

querría pensar

que hoy habría alcanzado el clímax de mi existencia
querría pensar

que hoy ha sido el mejor día, culminado

en la mejor noche de mi eterno desconcierto

querría pensar

que hoy, sin querer, he llegado al final

a rematar mi destino

querría pensar

que hoy tu ausencia llenaría tu recuerdo

como el eco que se pierde en la distancia

querría pensar
que hoy tu olvido sería el alivio de mi alma
y mi sentencia.

Querría pensar que el mejor poema, mi mejor poema
se deshace en el aire al amparo de la brisa
en la noche de los tiempos
que hoy mi mejor poema desintegra los versos en el viento
y el dolor que siento cuando escribo

verso a verso
se disipa en las olas de mi mar,
en las sombras de mis noches,

en las nubes de mi cielo,

en las hojas de mis bosques

y en mis manos mientras sueño
que uno y uno suman dos

y el dos no siempre se mantiene eterno mucho tiempo.



Francisco E. Vila

lunes, 3 de enero de 2011

Como el viento que viene de lejos...

Retrato
María Antonia Dans (1926-1988)




Como el viento que viene de lejos
oí tu llamada llamándome ausente
Como la brisa que sopla en el bosque, fría
oí tu silencio susurrar a las sombras de la noche eterna
Como el jadeo en la huída esperando tu vuelta
oí tus suspiros quejarse a mis venas
Como la luz en la noche del faro en la niebla
oí tus latidos bombeando insistentes mi puerta
Como la ilusión del deseo crea el miedo
creí oír tus pisadas lentas
allegarse lentamente a mi cama
envuelta en sábanas de seda
creí sentir tu aliento humedeciendo mi piel seca
creí que volvía a ser noche y ser día
y otro día, y... y no eras tú
pues sigues siendo aquel sueño que un día
a la luz del alba del primer lucero
huyó en el silencio de las primeras nieves de invierno.

Francisco E. Vila