He oído aullar al viento
llamando a gritos desde lejos
a una nube que se aleja despistada
tapando al sol y a la luz de la mañana.
He visto a las gaviotas
remontando la tormenta que se acerca
y a la lluvia cortejando a las praderas.
He visto a la noche despeinada
alejarse lentamente acariciando a la montaña.
He visto volar a las estrellas
y las he visto morir rozando las tinieblas.
He visto a la luna reír a las sombras de las velas
y la he visto llorar tras el blanco de la niebla.
He visto al mar enfadarse con las velas
y al velero sortear la niebla espesa.
He visto al pastor vigilando a las ovejas
y al lobo agazapado deseando ir tras ellas.
He visto a las llamas alimentarse de la hierba
y satisfacer el fuego la estupidez de las mentes más pequeñas.
He visto el horizonte rojo incandescente
de otro día que se aleja
y lo he visto iluminarse de un blanco aún nonato
de otro día que ahí llega.
He visto que lo que yo veo
no siempre se refleja en otros ojos y otros sueños
y que mi tierra, el planeta tierra
es de ciegos de ojos brillantes y corazón ausente.
Francisco E. Vila (A Coruña, Febrero 2011)
3 comentarios:
He visto tus páginas abiertas.
He visto tu nuevo amanecer.
HE OÍDO AULLAR A TU VIENTO...
He visto tu vena de poeta volver.
Precioso regreso. Un beso
Francisco, lo que tú ves con ojos de poeta no está al alcance de todos. Disfrutar de la tormenta, o la niebla, o el lobo agazapado es un privilegio de los que tienen su mente abierta a la belleza.
Lamentablemente, los ciegos de corazón ausente son también multitud.
Un fuerte abrazo, amigo
Paco, yo no pude ver con tus ojos, pero si con la imaginación, que con tus versos, hiciste que volara, pero aún mas, he escuchado y he escuchado atentamente mientras leía cada una de tus palabras y te lo aseguro, estaba oyendo tu voz pronunciándolas. Gracias por la sencillez de lo mas bello. Modesto
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